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jueves, 14 de julio de 2016

De oruga a mariposa, de persona a profesional.


Tenemos que ser un gran profesional y una gran persona.

De oruga a mariposa… de persona a profesional.

Las orugas para destacar, y ser bellas tienen que evolucionar, apostar, y arriesgar, por lo menos para que su belleza se pueda ver de cara al exterior.

Cuando contemplamos una oruga vemos como se arrastran por la tierra, muchas veces dan la apariencia que se mueven sin sentido, incluso que se mueven mucho, pero que no avanzan, además sin estilo, sin gracia... no sé parecen a otros animales que son graciosos, que tienen colorido, que van en "familia", que destacan por algo.


Además hay que añadir que para la oruga la vida no es sencilla se tiene que enfrentar a caminos frondosos, a días sin comida, a la soledad, a que cualquier animal o no animal pueda acabar con ella en cualquier momento. Y todo esto bajo la mirada de poco gusto por todos/as las que le rodean.



Pero tiene una virtud, un espíritu de autorrealización: sabe que puede realizarse, que puede convertirse en algo más, que puede cambiar a algo mejor. Sabe que nació para evolucionar, para dar salida a lo mejor de sí, a su belleza escondida.

Fue creada para llegar a lo más alto en cuestión de imagen, de avances, y de posibilidades. La posibilidad de cambio de ir arrastrada por el suelo a poder volar y rozar el cielo la apasiona, y la empuja.

Es consciente que algún día a todos/as los/as que le han mirado desde arriba, ella les mirara desde lo más alto. Con una diferencia lo hará con el corazón. Y lo hará con el corazón y con buenos ojos por dos motivos:

1. Porque ha vivido la experiencia de estar abajo, empatiza con los demás, porque ha estado en esa situación.

2. Porque sabe que al igual que ella tenía un potencial y podría crecer, cualquiera lo puede hacer.

Cuando llegue su momento, se encerrará en un capullo. No antes sin reflexionar, porque entra en un lugar incierto, no tiene claro que pasará, pero es el lugar, el sitio que la transformará en algo pleno, integro, bello y con enormes capacidades.

Cuando llega la hora de salir, vuelve el planteamiento; Aquí estoy segura, estoy protegida, no tengo frio, no tengo peligro... pero tras las dudas se pone en marcha, con gran esfuerzo, porque salir cuesta, ejercita su mente y su cuerpo para el cambio y para lo que el destino o el futuro ya cerca la depara... Finalmente rompe el capullo, sale la mariposa y aparece el mundo a sus pies.


Si no hubiese entrado en el capullo, si no hubiese explorado, sino hubiese intentando cambiar, si se hubiese quedado y conformado, no hubiese nacido, no hubiese tocado su máxima belleza, su autorrealización..


Una vez más nuestro potencial esta ahí y el/la que sabe madurarlo, trabajarlo, explotarlo y compartirlo es el que se convierte en un/a profesional.

Y digo de persona a profesional, porque sin esa persona en desarrollo y potencial debajo no hay un profesional.

3 comentarios:

  1. Hola Nadia, me ha gustado mucho este artículo. Efectivamente, estamos en continua evolución, y para mí personalmente es un estilo de vida, una misión tanto en mí misma, como ayudando a los demás a evolucionar y crecer como personas y profesionales. Felicidades!

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  2. Que importante el matiz que has dado, crecer uno/a y ayudar a los demás a crecer "Enseñar el camino a los/as que nos siguen".

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  3. Sin esa filosofía nos quedaríamos estancados y la vida dejaría de tener sentido.
    Además estoy de acuerdo con el comentario que has hecho sobre ayudar a los demás.
    Con estas dos cositas: intentar evolucionar y ayudar a los demás a crecer la vida cobra mucho más sentido.

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