Hoy en día, el mundo laboral es especialmente flexible, cambiante
e incierto. Los descubrimientos y la tecnología generan nuevas formas de
realizar el trabajo, que hacen que lo que ayer era nuevo, hoy no lo es tanto y
los conocimientos técnicos se están renovando casi constantemente en la mayoría
de las profesiones. Esto hace que adquieran mayor importancia aquellas
habilidades que son más duraderas, traspasables a cualquier contexto laboral y aportan
valor.
Entre esas habilidades, voy a dedicar el artículo a la
Inteligencia Emocional. El término Inteligencia Emocional fue introducido por
primera vez en el mundo académico por Salovey y Mayer, pero generalmente se
conoce más a Daniel Goleman, que es quien la divulgó en su best-seller Inteligencia Emocional. Hay muchas
definiciones de inteligencia emocional, no obstante, se puede resumir como aquella inteligencia dirigida a las
emociones, propias y ajenas, para lograr una buena gestión de éstas.
La Inteligencia Emocional nos abre nuevos caminos de
entender la mente, las emociones y su interrelación, algo revolucionario ya que tradicionalmente se consideraban separadas y sin influencia mutua. Las emociones tienen una gran influencia en la psicología de las personas, en todos nuestros pensamientos, acciones, conductas, toma de decisiones, etc., algo que cotidianamente no se suele tener muy en cuenta. Para entender mejor el papel que desempeñan, deberemos profundizar más en su conocimiento.
entender la mente, las emociones y su interrelación, algo revolucionario ya que tradicionalmente se consideraban separadas y sin influencia mutua. Las emociones tienen una gran influencia en la psicología de las personas, en todos nuestros pensamientos, acciones, conductas, toma de decisiones, etc., algo que cotidianamente no se suele tener muy en cuenta. Para entender mejor el papel que desempeñan, deberemos profundizar más en su conocimiento.