La evolución de la mujer y seguimos...

No podía faltar hoy una reflexión sobre la mujer y felicitar a todas ellas por sus pequeños o grandes triunfos en cada parcela de su vida.

En las últimas décadas hemos visto como la mujer se ha ido incorporando al m
ercado laboral y la formación educativa de las mismas ha aumentado, y en este sentido la desigualdad ha ido disminuyendo, un dato positivo que ayuda a que sigamos luchando por la igualdad.  No obstante, dentro de los avances en el ámbito laboral, existen muchos desafíos, como la brecha salarial, la conciliación de la vida personal y profesional, la segregación ocupacional y sectorial, o la poca presencia de mujeres en los puestos de decisión.

En lo que se refiere a la segregación sectorial, las mujeres principalmente se concentran en puestos del sector servicios, como puede ser el comercio, hostelería, ámbito sanitario o servicios sociales, en cambio los hombres ocupan puestos en la industria, la construcción y también servicios pero sin estar tan concentrado. Relacionado con ello, tenemos la segregación ocupacional, por una parte, las mujeres principalmente ocupan puestos administrativos, auxiliares, vendedoras o en puestos no cualificados. Por otra parte los hombres mayoritariamente ocupan puestos como operarios de fábrica, maquinaria, o técnicos y profesionales científicos.

Por lo que existen actividades feminizadas y masculinizadas, y según los estudios hechos acerca de ello, existe un mayor número de sectores y ocupaciones masculinos que femeninos, y se aprecia que según las estadísticas el hombre tiene más facilidad de acceder a las ocupaciones femeninas que a la inversa. Lo que supone una inferior valoración social y económica de los sectores y ocupaciones feminizadas.

Otro desafío es el de la brecha salarial y discriminación, en España la Constitución Española recoge en el artículo 35.1 el derecho al trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer las necesidades de la persona trabajadora y su familia, teniendo en cuenta también el artículo 14 donde se cita que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo. Si acudimos al Estatuto de los Trabajadores, en el artículo 28 se especifica que la empresa está obligada a pagar por la prestación de un trabajo de igual valor la misma retribución, satisfecha directa o indirectamente, y cualquiera que sea la naturaleza de la misma, salarial o extra salarial, sin que pueda producirse discriminación alguna por razón de sexo en ninguno de los elementos o condiciones de aquella. En principio puede parecer que todo está correcto pero en realidad si acudimos a los datos estadísticos vemos como estas condiciones recogidas en las leyes no se tienen en cuenta, la brecha salarial sigue existiendo hoy en día, según datos del año 2014 recopilados en Eurostat, en España, un 14,9% gana más el hombre que la mujer, datos alarmantes a tener en cuenta. A nivel Europeo, una de las brechas más significativas la tiene Alemania con una brecha del 22 %. Puede explicarse por varios motivos:

Por una parte, el trabajo de las mujeres se ha valorado peor que el de los hombres, si tenemos en cuenta la perspectiva histórica, el salario de la mujer se ha considerado como un complemento al salario del hombre, menos preciándose la validez económica del trabajo de la mujer.

Hay que tener en cuenta también la conciliación laboral y familiar, tradicionalmente las responsabilidades familiares han recaído sobre las mujeres, y hoy en día aunque la mujer está más presente en el mercado laboral siguen haciéndose cargo de las tareas domésticas y cuidados lo que supone las dificultades a la hora de conciliar el trabajo con la vida privada, teniendo unas jornadas de trabajo muy extensas. Lo que les dificulta también el ascenso o promoción en las organizaciones, lo implica además que sea difícil ver a mujeres en puestos de decisión, ya que las empresas prefieren contratar a un hombre antes que a una mujer por el hecho de que el primero va a ser más estable en el ámbito laboral.

Un largo camino que llevamos recorriendo, a veces parece que vemos la meta, y otras tenemos la sensación o de que la meta se aleja o de que caminamos hacia atrás en vez de hacia delante.

Además de todo lo que nos toca en el día y día, y añadiendo las circunstancias de cada una, es un trabajo transversal por el que tenemos que seguir luchando; la eliminación de barreras y poder seguir cosechando éxitos en todas las parcelas de nuestra vida.