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martes, 23 de mayo de 2017

Descubrir el beneficio de las emociones positivas

Recordando este post que escribí hace varios meses....

Estando en el Máster de modificación de conducta que estoy realizando semi-presencial, porque el tiempo da para lo que da, vi un tríptico de un seminario que se iba a realizar sobre las emociones positivas, y me pareció un tema interesante para escribir en mi blog.

Casi todo el mundo sabe que el miedo sirve para escapar de un peligro y el enfado para defendernos pero, ¿para que sirve estar contento? ¿Y estar tranquilo? ¿Y divertirse?…las respuestas a estas preguntas no las tenemos tan claras.

Generalmente el ser humano genera emociones negativas (ansiedad, tristeza, asco, ira…) para afrontar situaciones críticas (peligros, perdidas emocionales, etc) y resolverlas cuanto antes. Son emociones que provocan  tendencias muy concretas (ej el miedo nos hace huir, el enfado atacar…) y que han sido desarrolladas a lo largo de nuestra evolución en pro de la supervivencia. De alguna manera cuando tenemos emociones negativas, el cerebro se cierra  en un efecto barricada que nos protege y nos centra en resolver esa situación.

Hasta entonces se creía que las emociones positivas eran simplemente lo contrario de las negativas, es decir, que surgían cuando no hubiese una situación crítica y que conllevaban acciones concretas y positivas (ej. la risa nos hace sonreír y la tranquilidad respirar más profundamente), pero la doctora Barbara Fredrickson demostró que las emociones positivas (alegría, amor, serenidad…) generan efectos mucho más complejos en el ser humano (para explicarlo elaboro el modelo de ampliación y construcción).

La emociones positivas provocan un efecto cascada excepcional:  crean cambios cognitivos muy potentes en el cerebro, amplían nuestras capacidades cerebrales, nos vuelven mas creativos, constructivos, receptivos, resilientes…

Las emociones positivas, además de cumplir funciones adaptativas, nos hacen más grata la existencia, son críticas en las relaciones inter-personales, nos ayudan a madurar y desarrollarnos emocionalmente, nos ayudan a procesar mejor lo que ocurre en nuestro entorno y tomar decisiones más maduras y efectivas. Al mismo tiempo parecen ejercer como factores de resistencia a la enfermedad y se ha encontrado que guardan una estrecha relación con una mayor longevidad.

En resumen y volviendo a los resultados de Barbara Fredrickson; las emociones positivas tienen un efecto dominó en el cerebro de una gran envergadura. Así, cada vez que tenemos emociones positivas se produce un aumento cognitivo del cerebro lo que a su vez provoca una construcción de recursos a nivel cerebral (aumenta la creatividad, resiliencia, perspectiva..).

La conclusión que podemos sacar de este descubrimiento es fácil,  cuantas mas emociones positivas generemos (desde un punto de vista sano y equilibrado), mejor nos ira en la vida. Es lo que Barbara Fredrickson llama la positividad, un término que no tiene nada que ver con ninguno de esas visiones extremadamente positivas ; “Nunca hay problemas” ”Tienes que estar siempre bien”... El Secreto, va mucho más allá y comprende todo el espectro  de las emociones positivas del ser humano (así como las perspectivas y actitudes que generan estas emociones).


jueves, 4 de mayo de 2017

Polarización en el empleo

En los últimos años se están dando cambios estructurales en la composición del mercado de trabajo, que ha llevado a la polarización de empleo, y además se ha acentuado con la crisis económica.

Cada vez es más frecuente, y en diferentes sectores y puestos, encontrarnos con una máquina y no con una persona, o puestos en los que es necesario un alto componente tecnológico y otros en los que es imprescindible el componente social.

Según numerosos análisis y estudios, la polarización se debe principalmente a tres factores:

1. Por una parte el auge de las TIC’s
2. Por otra parte, la globalización
3. Y por último, el factor institucional o el papel de los gobiernos (aunque es una tendencia global, afecta de diferente manera a los diferentes territorios dependiendo de las políticas que se lleven a cabo en este sentido).


Se destacan dos polos o extremos:

Empleos tecnológicos, normalmente ocupados por profesionales altamente cualificados en la parte más técnica, y que son indispensable para competir y para adaptarse a la nueva era y cambios organizacionales.

Empleos que requieren de una alta interacción social, normalmente ocupados por profesionales con una formación alta y un importante desarrollo de competencias profesionales.

Estos últimos empleos que implican continuas relaciones son difícilmente sustituibles por las nuevas tecnologías, por lo que se puede decir que son "inmunes" al incremento del uso las TIC’s.

¿Y qué ocurre con los empleos que se encuentran en el rango intermedio? Son principalmente empleos de rango salarial medio, y tienen como característica que son operativos, tienen una rutina en su procedimiento y ejecución (muchas de las tareas realizadas en la Industria) por lo que son fácilmente programables por el auge de las tecnologías, lo que supone que estos trabajos tienen más facilidad para ser sustituidos.

Además, como se ha citado anteriormente, las recesiones tienen como consecuencia más destrucción de empleos en este tramo, y su tendencia es que no se vuelven a crear o se crean muy pocos trabajos con la recuperación económica, ello implica una amenaza para este tipo de empleos.

Tenemos que tener en cuenta que en esta polarización se están destruyendo empleos, pero también se están creando otros nuevos. Ante esta situación es necesaria la información, formación y la mejora continua para adaptarse a estos nuevos perfiles que demandan las organizaciones de nuestro entorno.