Empleo y discapacidad. APNABI-Autismo Bizkaia

Si ya el empleo es complicado de por sí, tanto acceder a este como mantenerlo, más lo es para aquellas personas que presentan una discapacidad.

Hoy he tenido la suerte de ser invitada al desayuno de empresas que ha organizado APNABI-Autismo Bizkaia, titulado: empleo y TEA: De la obligación legal a la oportunidad profesional.

Un encuentro entre representantes de la asociación, empresas, entidades públicas, y personas con TEA para dar un impulso socio-profesional a una colectivo que lo necesita.

Un colectivo que ocupa un 1% de nuestra población y que presenta alteraciones en las habilidades sociales y de la comunicación, pero nada que no se pueda trabajar y combatir con otras competencias en las que resaltan como son: consistencia en las tareas, cumplimiento de ordenes, directos y concisos y con muchas ganas de tener una oportunidad y de aprovecharla.



Este vuelve a ser como ha explicado Mikel Pulgarín, presidente de APNABI-Autismo Bizkaia, un reto social que necesita un abordaje integral; desde la salud, educación, social y empleo, y desde luego el empleo es la llave para su inclusión social.

La tasa de actividad en personas con TEA está representada por un 35%, y la tasa de empleo por un 29%. Para ir aumentando estos datos se esta realizando una gran labor de activación que integra; capacitación, acompañamiento y empleo con apoyo, pero que necesita de oportunidades de inclusión laboral y esto sólo lo pueden ofrecer las empresas.

También ha tenido presencia en este desayuno tan especial, Teresa Laespada, diputada de empleo, inclusión social e igualdad, que ha resaltado la necesidad de diversidad, diversidad a todos los niveles incluyendo la neuro-diversidad, difícil pero que al mismo tiempo proporciona creatividad, nuevas formas de hacer y por lo tanto nuevos y mejores resultados.

Hoy se ha logrado aportar un enfoque desde los derechos, pero también desde las oportunidades, oportunidades para las personas con TEA y para las empresas que quieren acercarse al área social y humanizar sus puestos de trabajo y que estén representados por distintas personas, tal y como nuestro entorno.

No todas las personas con TEA tienen asociada una discapacidad intelectual, sino una serie de características y necesidades que hay que conocer para poder responder a estas, y sacar lo mejor de cada una. Creo que aquí no dista mucho del resto de personas que forman en la actualidad nuestros equipos de trabajo.

Y es que tan es así que a veces, y no pocas, lo incapacitante no está en las personas sino en los entornos y es el momento de que esto cambie y demos paso a la innovación social.