Hoy me
gustaría proponeros una reflexión… ¿Habéis
pensado detenidamente qué objetivos queréis lograr? ¿Sabéis cómo hacer para conseguirlos?
Enero es el
mes en el que más objetivos o propósitos nos marcamos, es momento de poner en
orden todas esas buenas ideas que se nos ocurrieron (aprender inglés, ir
al gimnasio, hacer dieta, etc).
Si nos
fijamos, la mayoría de objetivos que os acabo de nombrar, son los más comunes y
sin embargo los que antes abandonamos por ser muy poco específicos o demasiado
altos.
Pero, ¿qué es lo que nos pasa cuando
abandonamos un objetivo? Que comenzamos a tener la sensación de sentirnos
frustrados sobre todo si lo hemos intentado más de una vez con anterioridad.
Otra cosa muy frecuente que nos suele suceder es que cuando nos ponemos una
meta solemos hacerlo en un momento en el que emocionalmente nos sentimos muy
fuertes y por tanto nos marcamos objetivos que son muy ambiciosos pero quizá
muy poco realistas.
Algo
habitual es conocer los beneficios para los demás o sus motivos antes que los
nuestros y acabar haciendo algo porque sean otros quien nos lo impongan o
porque les queramos complacer.
El siguiente
paso es la planificación, para ello
el método sencillo que yo siempre recomiendo es escribirlo, no es por una manía mía si no que está comprobado que
aumenta nuestro compromiso cuando hemos organizado algo por escrito con una
fecha de cumplimiento.
Una vez que
vamos alcanzando pequeñas metas podemos
ir tachándolas, que es una manera de auto motivarnos y ver que estamos en la línea
que buscamos. Para ello es importante tenerlo siempre a la vista, buscar un
sitio en el que cuando pasemos por delante nos lo recuerde, como una
especie de conciencia.
Otro método muy bueno es contarlo, que es lo que se conoce como compromiso social. Cuando tu cuentas algo que quieres lograr a la gente que te quiere, esas personas van a estar más pendiente de preguntarte por ejemplo tu cuentas que has empezado a hacer dieta y es muy probable que en casa te pregunten que tal, te cuesta, te veo mejor…con lo cual ya te vas a sentir mucho más apoyada y la actividad que antes te suponía un reto ahora te resulta gratificante.
Buscar un modelo de persona cercana o no cercana pero que sí haya conseguido nuestro objetivo, observar su lucha y su tenacidad y que esto nos de fuerzas cuando nuestra fuerza de voluntad sea algo más débil. Si esa persona puede… por qué no vas a poder hacerlo tú? Y así empiezas a ver un potencial en ti que a lo mejor antes no habías descubierto.
Y por último
y muy importante, auto recompensarnos,
no porque haya cosas que hagamos por obligación debemos dejar de decirnos a
nosotras mismas que lo hacemos bien, que hay que seguir así o incluso darnos un
pequeño capricho que no tiene por qué ser necesariamente material pero sí que
sea algo que nos gusta para que nos anime a seguir trabajando.
¿Qué os
parecen estos pasos? ¿Os animáis a ponerlos en práctica? ¡Podéis conseguir todo
lo que os propongáis!
Muy buen post. Zorionak.
ResponderEliminarMuchas gracias Marian! Me alegra que te guste, un saludo y feliz día!
ResponderEliminarHay que fijarse objetivos, e ir a por ellos. Cuanto más tangibles y "reales" más motivación nos aportan.
ResponderEliminar