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martes, 25 de agosto de 2015
Septiembre ¿rutina o un nuevo reto?
Hemos disfrutado ya de unas buenas vacaciones, y ahora toca de nuevo volver al trabajo, a la formación, a la búsqueda de empleo, a emprender....
Por este motivo, me ha parecido interesante re-anudar este blog con este cuento con moraleja. Llevo una semana oyendo "queda poco para volver a la "rutina"". Cuidado con la rutina. Por esto quiero que leáis con atención este magnifico cuento, que de cuento tiene poco.
Es bueno recordar, en este "nuevo comienzo - reto", a puertas de septiembre, que para conseguir lo que uno quiere y seguir progresando y creciendo personal y profesionalmente hay veces que uno tiene que hacer cosas distintas, salirse de lo cotidiano. Esto es complicado, difícil, arriesgado y cansado, hasta da miedo salirse de la "zona de confort", pero recordar que hay una zona que explorar que puede ser muy rentable.
Por todo ello he querido re-anudar el blog con un cuento con moraleja, que nos ayude a reflexionar sobre la importancia del cambio, de buscar nuevas oportunidades y seguir avanzando para cumplir nuestros y nuevos objetivos.
Empuja la vaquita
Un maestro de la sabiduría paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita al lugar.
Durante la caminata le comento al aprendiz sobre la importancia de las visitas, también de conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que tenemos de estas experiencias.
Llegando al lugar constato la pobreza del sitio, los habitantes, una pareja y tres hijos, la casa de madera, vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin calzado. Entonces se aproximo al señor, aparentemente el padre de familia y le pregunto: En este lugar no existen posibilidades de trabajo ni puntos de comercio tampoco, ¿como hacen usted y su familia para sobrevivir aquí?
El señor calmadamente respondió: amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días.Una parte del producto la vendemos o lo cambiamos por otros géneros
alimenticios en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso, cuajada, etc., para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo.
El sabio agradeció la información, contemplo el lugar por un momento, luego se despidió y se fue.
En el medio del camino, volteo hacia su fiel discípulo y le ordeno: busque la vaquita, llévela al precipicio de allí enfrente y empújela al barranco.
El joven espantado vio al maestro y le cuestiono sobre el hecho de que la vaquita era el medio de subsistencia de aquella familia. Más como percibió el silencio absoluto del maestro, fue a cumplir la orden. Así que empujo la vaquita por el precipicio y la vio morir.
Aquella escena quedo grabada en la memoria de aquel joven durante algunos anos. Un bello día el joven resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar y contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos.
Así lo hizo, y a medida que se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con árboles floridos, todo habitado, con carro en el garaje de tremenda casa y algunos niños jugando en el jardín.
El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia tuviese que vender el terreno para sobrevivir, acelero el paso y llegando allá, fue recibido por un señor muy simpático, el joven pregunto por la familia que vivía allí hace unos cuatro anos, el señor respondió que seguían viviendo allí. Espantado el joven entro corriendo a la casa y confirmo que era la misma familia que visito hace algunos anos con el maestro.
Elogio el lugar y le pregunto al señor (el dueño de la vaquita): ¿Como hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?
El señor entusiasmado le respondió: nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos, así alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran ahora.
Todos nosotros tenemos una vaquita que nos proporciona alguna cosa básica para nuestra sobre-vivencia y podernos mover en la zona que conocemos, pero la zona que conocemos no tiene porque ser la mejor, hay que explorar nuevas , para descubrir.
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Gran consejo, salir de nuestra zona de confort para poder desarrollar otras habilidades que quizá en otras circunstancias no habríamos llegado a conocer. Hay que ser valiente para alcanzar el exito
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