El intraemprendimiento está considerado una de las mejores formas de fomentar el desarrollo tanto de la persona dentro de la organización, como de esta en su entorno.
El intraemprendimiento se traduce en iniciativa, orientación a resultados, capacidad de adaptación, compromiso, esfuerzo, búsqueda de alianzas, ganas por hacer cosas nuevas y desarrollarse profesionalmente... habilidades más allá de las inherentes a las responsabilidades que tienen en el puesto para el que han sido contratados.
Cada vez son más empresas las que buscan intraemprendedores/as, porque son conscientes del potencial que generan en la empresa y en los propios equipos de trabajo. Muchas organizaciones ya cuentan con iniciativas de Intraemprendimiento incluso ligadas a políticas de Responsabilidad Social Corporativa o programas de Relaciones Públicas Internos para fidelizar al equipo de trabajo.
Todas estas nuevas políticas, programas, apuestas, y competencias que generan innovación y talento, pueden claramente llegar a tener una aplicación final en el negocio empresarial, tangible y transversal humano.
Cuando hablamos de intraemprendimiento… ¿hablamos de talento o de actitud?
La puesta en marcha de un programa de intraemprendimiento en la empresa, la cultura emprendedora de la empresa precisa de depositar la confianza en su equipo y la inversión en este. Necesita aportar retos, reconocimiento y que se valore el esfuerzo por ambas partes.
Aún con todo el éxito dependerá del compromiso por parte de la persona y la puesta a andar de las competencias definidas. Juegan un papel clave los/as modelos, o mentores/as y equipos de trabajo involucrados, autónomos que p
ongan en marcha su creatividad y potencial, y el apoyo institucional siempre es importante para empujar hacia el cambio.
Las empresas, al igual que las personas, necesitan reinventarse, generar nuevas ideas, desarrollar crecer, expandirse... Esto implica , ganas, pasión y unas cuantas capacidades más que poseen casi todos/as los/as emprendedores/as. Implica actitud emprendedora, la que tiene la persona que se permite y aprende de los errores, que se anima a inventar, que asume riesgos y tiene iniciativa. Persona entusiasta y tenaz; inconformista e independiente.
Ambas, talento y actitud, son imprescindibles. Es necesaria la capacidad intelectual para aprender las cosas con facilidad o para desarrollar con mucha habilidad una actividad y la actitud emprendedora que pueda llevar a cabo un proyecto con éxito.
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