En comparación con años anteriores, es cierto que las mujeres están cada vez más inmersas en el mundo laboral, tienen, poco a poco y por la lucha continua, más oportunidades y mejores puestos, aunque todavía hay un largo camino que recorrer en empleo y emprendimiento femenino.
Las mujeres emprendedoras que existen en nuestro entorno se enfocan en emprendimientos del sector servicios, comercial o profesional; pocas emprenden en negocios de base tecnológica o de alto impacto, un nicho de mercado poco usual para ellas, ya que las inversiones en este tipo de negocios son de alto riesgo, y exigentes de una gran financiación. Lo que faltaría para impulsar a emprendedoras a este mercado sería un ecosistema coordinado, una mayor vinculación con universidades, centros de investigación y desarrollo, y apoyos específicos para el desarrollo de empresas en sectores clave de la tecnología.
En diferentes biografías podemos encontrar las barreras que las mujeres se encuentran para emprender: la cultura, falta de tiempo, las responsabilidades familiares, bien sean hijos o bien personas dependientes, la auto-exigencia - miedo al fracaso... son muchos los obstáculos que las hacen recular a la hora de iniciar su propio proyecto empresarial, o incluso ni planteárselo.
En definitiva, ya sea por motivos biológicos, culturales o por la propia regulación laboral, la sociedad no ha terminado de encontrar el equilibrio entre el trabajo que realiza una mujer con su faceta de madre, esposa e hija y con otras barreras que por género se siguen imponiendo.
Sin embargo y pese a ello, cada vez los datos son más positivos, como hemos comenzado señalando, e indican que más mujeres se suman al emprendimiento, para ser dueñas de su propia empresa sin barreras impuestas que le impidan crecer profesionalmente, poder tener las riendas de sus decisiones y poder poner en valor sus competencias genuinas. Además las cifras también indican que las mujeres emprenden menos, pero mejor; sus proyectos son más viables.
Las principales razones de ello son:
- Las mujeres son mejores en conectar con el cliente.
- Las mujeres son mejores en gestionar múltiples tareas.
- Las mujeres son perfeccionistas.
- Las mujeres son más propensas a tomar a otros en consideración.
- Las mujeres están acostumbradas al trabajo duro, y saltar obstáculos.
- Las mujeres son más propensas a compartir el mérito de los éxitos.
- Las mujeres no cuestionan sus decisiones constantemente.
- Las mujeres no asumen tantos riesgos.
- Las mujeres buscan más acuerdos bilaterales.
- Las mujeres integran el trabajo en su proyecto de vida.
Como regla general, según las últimas investigaciones las mujeres que más emprenden en la actualidad tienen unas características determinadas: en tienen entre 25-34 años, estudios universitarios, aceptación del riesgo, orientación a resultados, habilidad de relaciones y de comunicación y visión y anticipación, y menos dificultades de conseguir financiación.
Las mujeres adultas y con una formación académica superior tienden a emprender a nivel social con empresas sin ánimo de lucro (muy similares a las ONGs) o con empresas que combinan la razón de ser social con las ganancias y los beneficios económicos. Estas mujeres ponen en marcha empresas que tratan de resolver problemáticas sociales que no suelen ser atendidas por las instituciones públicas; ya sea porque no hay infraestructuras, porque las comunicaciones son deficientes o porque existe una necesidad formativa.
Un día especial, en el que se reivindica la mujer en su faceta emprendedora, otro ámbito donde tenemos mucho que decir y mucho que aportar.
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