Ya que este mes lo hemos dedicado a hablar de las entrevistas de trabajo, y un área que se demanda es la capacidad de trabajo en equipo. Y uniéndolo con nuestras últimas intervenciones en la red del talento del grupo de Linkedin que Aldalan administra y gestiona. Aprovechamos para incluir esta fábula, que muchas veces es un reflejo de lo que pasa en las organizaciones.
Cuenta la historia que hace un par de años se celebró una competición de remo entre dos equipos formados por empleados de una empresa española y empleados de una empresa japonesa.
Nada más dar la salida el equipo japonés imprimió un fuerte ritmo y empezó a distanciarse del equipo español. Finalmente el equipo español llegó a la meta con una hora de retraso respecto al equipo nipón.
Una vez terminada la carrera, el equipo directivo de la empresa española se reunió dispuesto a tomar cartas en el asunto y analizar el motivo de tan bochornosa actuación. El comité directivo observó que la plantilla de la embarcación japonesa estaba formada por 10 remeros y un jefe de equipo mientras la española estaba formada por 2 remeros y 9 jefes de equipo, así que decidieron tomar nota y adoptar las medidas necesarias para la siguiente edición de la regata.
Volvió la competición al año siguiente y los remeros japoneses se impusieron a los españoles desde la primera remada aventajando en la línea de meta en dos horas al equipo español.
La dirección española volvió a reunirse para intentar identificar las causas de su derrota y analizar por que su cambio de estrategia había fallado. Esta vez el equipo español estaba compuesto por 1 director, 3 gerentes, 4, jefes de equipo y 2 remeros mientras que el equipo japonés había recurrido a la formación tradicional de 10 remeros y un jefe de equipo.
Desconcertados, los directivos españoles decidieron crear un plan mucho más vanguardista para el año siguiente. Esta vez no se dejarían sorprender por los japoneses y su equipo estaría formado por 1 director, 2 asesores, 3 gerentes y 3 auditores externos, además habían despedido a uno de los remeros por falta de implicación y habían contrato un vigilante de seguridad para que no le quitase ojo al único remero que quedaba, al cual le había quitado las vacaciones y los pluses de productividad por su bajo rendimiento.
El equipo asiático fiel a su estilo optó una vez más por su ya conocida formación integrada por 10 remeros y un jefe de equipo; esta vez el equipo japonés aventajó en más de tres horas al equipo español.
Inmediatamente el presidente de la compañía española convocó a su gabinete de crisis a la que asistió también el consejero delegado. Después de tres intensas horas de reunión llegaron a la siguiente conclusión:
"El remero es un incompetente y en la siguiente edición el remero será subcontratado a una empresa externa ya que, a partir de la trigésimo quinta milla marina, se ha podido observar cierta dejadez por parte del remero de plantilla, llegando a rozar el pasotismo en la línea de meta..."
Finalmente por un acuerdo con la universidad local el equipo directivo consiguió que la plaza del remero fuese ocupada por un becario.
Moraleja: Sinceramente espero que esta fábula os haya sacado una sonrisa pero por desgracia, son muchos los casos en los que la historia no difiere tanto de la realidad. Bajo mi punto de vista, la burocracia, los costes organizativos y en muchos casos la falta de méritos y profesionalidad en el nombramiento de puestos directivos, son los que realmente lastran la competitividad de nuestras empresas. Sin embargo las medidas que nos proponen desde los gobiernos o desde las asociaciones de empresarios son enfocadas casi siempre al recorte de la masa productiva, ya sea congelando salarios, abaratando el despido, aumentando la edad de jubilación o incrementando la jornada laboral.
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