La competencia cada vez es más grande y los entornos cada vez más impredecibles, además de existir una tendencia a desplazar el foco de atención hacia el cliente, para crear una oferta superior y poder fidelizarlo mediante servicios cada vez más individualizados.
Por esto, existe una necesidad de cambio para mantener la competitividad, sobrevivir en los mercados, innovar y mejorar continuamente. Pero este cambio genera ansiedad y miedo, ya que todo cambio implica salir de una situación conocida y asumir riesgos.
Y para afrontar el cambio de la mejor forma posible, Juan Luis Urcola Tellería nos propone en su libro Factores clave de dirección una manera de abordar el cambio consistente en ocho fases:
1. Detectar la necesidad del cambio: tomar conciencia de la necesidad y querer realizarlo. Todo cambio tiene su origen en la percepción de una oportunidad, del contacto con los clientes, y en corregir algo que no va bien.
2. Promover la convicción: superar la incertidumbre que presenta el futuro cercano. Estableciendo una dirección clara, fortalecer las ideas y aumentar la convicción de que el cambio la mejor opción entre las existentes.
Que el cambio no te asuste!
3. Concretar una estrategia: determinar cómo se va a proseguir para hacer el cambio, la forma más idónea, menos confusa, que no genere dispersión ni incoherencia.
4. Encontrar motores de cambio: la colaboración y poyo de las personas a las que les mueve la convicción de su necesidad, y se comprometen. Luego se establecen alianzas y apoyos para movilizar a los agentes importantes para lograr el cambio.
Que el cambio te movilice!
5. Poner en marcha y desarrollarlo: después de tener claro en cambio se debe difundir la visión del cambio, implicando a los afectados por el cambio. Aislar los opositores para que no influyan sobre los colaboradores potenciales. -Fortalecer las alianzas y las uniones entre los miembros afines. No confiarse.
Escuchar las propuestas y sugerencias de las personas implicadas. Efectuar cambios estructurales situado las personas en su lugar más idóneo. Realizar el proyecto en el tiempo previsto, porque es importante para eliminar opositores.
Centrarse en lo principal, clave para determinar el éxito. El directivo responsable debe dirigir el proceso desde el frente, codo con codo con los colaboradores. Para lograr objetivos hay que renovar ánimos, mantener la moral alta y evitar la presencia del cansancio y abatimiento persistentemente.
6. Afrontar la crisis: no se tiene claro ni cómo ni cuándo se presentará, pero hay que tener presente que en cualquier momento se presentará. Esto lo establece la ley de cambio. En todo cambio se debe esperar una crisis, y se aconseja aunar fuerzas, convencer a los opositores pasivos, por medio de la motivación, información y la integración. Respaldadas por la autoridad personal, el liderazgo, la paciencia y la persuasión.
Que el cambio aumente tu creatividad!
7. Obtener resultados: salvada la crisis es recomendable obtener resultados positivos en el menos tiempo posible. Lo que incrementará el clima de cohesión y satisfacción entre los integrantes del equipo. Las ventajas del nuevo cambio evitan las añoranzas del pasado. También se debe corregir errores y desviaciones, consolidar la situación lograda e introducir las mejoras posibles.
8. Medir y consolidar: medir y valorar los resultados obtenidos. Comprobar que los esfuerzos realizados han merecido la pena, que los logros conseguidos responden a las expectativas. Hay que celebrar los éxitos y sufrir los fracasos.
Lo importante no es adaptarse al cambio sino estar preparados para asumir el siguiente.
Gestiona el cambio para que te permita obtener nuevos y sólidos resultados!
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