Estando en el Máster de modificación de conducta que estoy realizando semi-presencial, porque el tiempo da para lo que da, vi un tríptico de un seminario que se iba a realizar sobre las emociones positivas, y me pareció un tema interesante para escribir en mi blog.
Casi todo el mundo sabe que el miedo sirve para escapar de un peligro y el enfado para defendernos pero, ¿para que sirve estar contento? ¿Y estar tranquilo? ¿Y divertirse?…las respuestas a estas preguntas no las tenemos tan claras.
Generalmente el ser humano genera emociones negativas (ansiedad, tristeza, asco, ira…) para afrontar situaciones críticas (peligros, perdidas emocionales, etc) y resolverlas cuanto antes. Son emociones que provocan tendencias muy concretas (ej el miedo nos hace huir, el enfado atacar…) y que han sido desarrolladas a lo largo de nuestra evolución en pro de la supervivencia. De alguna manera cuando tenemos emociones negativas, el cerebro se cierra en un efecto barricada que nos protege y nos centra en resolver esa situación.
Hasta entonces se creía que las emociones positivas eran simplemente lo contrario de las negativas, es decir, que surgían cuando no hubiese una situación crítica y que conllevaban acciones concretas y positivas (ej. la risa nos hace sonreír y la tranquilidad respirar más profundamente), pero la doctora Barbara Fredrickson demostró que las emociones positivas (alegría, amor, serenidad…) generan efectos mucho más complejos en el ser humano (para explicarlo elaboro el modelo de ampliación y construcción).
La emociones positivas provocan un efecto cascada excepcional: crean cambios cognitivos muy potentes en el cerebro, amplían nuestras capacidades cerebrales, nos vuelven mas creativos, constructivos, receptivos, resilientes…
Las emociones positivas, además de cumplir funciones adaptativas, nos hacen más grata la existencia, son críticas en las relaciones inter-personales, nos ayudan a madurar y desarrollarnos emocionalmente, nos ayudan a procesar mejor lo que ocurre en nuestro entorno y tomar decisiones más maduras y efectivas. Al mismo tiempo parecen ejercer como factores de resistencia a la enfermedad y se ha encontrado que guardan una estrecha relación con una mayor longevidad.
En resumen y volviendo a los resultados de Barbara Fredrickson; las emociones positivas tienen un efecto dominó en el cerebro de una gran envergadura. Así, cada vez que tenemos emociones positivas se produce un aumento cognitivo del cerebro lo que a su vez provoca una construcción de recursos a nivel cerebral (aumenta la creatividad, resiliencia, perspectiva..).
La conclusión que podemos sacar de este descubrimiento es fácil, cuantas mas emociones positivas generemos (desde un punto de vista sano y equilibrado), mejor nos ira en la vida. Es lo que Barbara Fredrickson llama la positividad, un término que no tiene nada que ver con ninguno de esas visiones extremadamente positivas ; “Nunca hay problemas” ”Tienes que estar siempre bien”... El Secreto, va mucho más allá y comprende todo el espectro de las emociones positivas del ser humano (así como las perspectivas y actitudes que generan estas emociones).
Según Barbara Fredricksonel objetivo para llegar a florecer emocionalmente es conseguir un Ratio de Positividad de 3 a 1, es decir, tres veces más emociones positivas que negativas a lo largo del día. La manera de aumentar este ratio emocional es enfocarlo como un camino a largo plazo, como una inversión diaria en nosotros, una inversión sana e inteligente.
El problema es que la sociedad actual se equivoca en esta búsqueda de bienestar y lo enfoca o equipara constantemente como una meta simplista y distorsionada (conseguir dinero, cosas materiales). Se busca aumentar esta positividad en fines o cosas pero lo que hay que ver es que en la positividad (y las emociones), el viaje es más importante que el destino.
Y además tenemos tenemos la tendencia de generar el "efecto de la negatividad": tendencia que consiste en poner más atención a las emociones negativas que a las positivas. Y hay veces que durante el día hemos tenido más emociones positivas que negativas, sin embargo el foco de nuestra atención se centra en las últimas.
Debemos saber que las emociones positivas que g
eneremos deben ser reales, sinceras y profundas, hay estudios que demuestran que una positividad insincera ( risas forzadas, decir que estar alegre pero no estarlo, etc) puede llegar a hacernos tanto daño como las emociones negativas más extremas
Las personas que sienten y "construyen" muchas emociones positivas diariamente son más felices, como es de suponer, y al mismo tiempo aprenden más, tienen relaciones de más calidad, y son más sanas. Por lo tanto; practiquemos el positivismo cada día, para que se haga un hábito.
Gran artículo y buen blog, felicidades.
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