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miércoles, 1 de febrero de 2017

Aldalan, Los bancos de tiempo

Ayer leí un interesante artículo, de la revista que me llega periódicamente de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, donde realice ya hace unos años el máster de recursos humanos, sobre los bancos de tiempo - el tiempo como moneda, escrito por Carmen Valor, profesora de marketing e investigadora de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales (ICADE).

Un concepto o forma de vida-trabajo que me ha parecido de gran valor para compartir en este espacio. y seguir investigando sobre el, porque puede ser, o lo es ya, para parte de la población, una "salida" a la crisis, al menos un flotador para seguir en la superficie mientras se pueda.

Los bancos de tiempo no guardan billetes, sino horas. El artículo que menciono comienza con una reflexión sobre el mercado neoliberal versus bienestar. Hay que cuestionar si el mercado neoliberal, en el que estamos inmersos, trae bienestar, y si lo trae, lo hace a un alto coste, ya que éste se concentra en el bolsillo de unos pocos y acarrea un creciente aumento de la desigualdad.

Pero no sólo existe este mercado, hoy en día y en el siglo en el que estamos, tenemos o podemos crear diferentes alternativas que nos ayuden a salvarnos del "uno mismo" o  del "unos pocos", y desarrollar espacios sociales donde el beneficio sea a un menor coste o otro coste, y alcance a muchos más, como son los bancos del tiempo.

Los bancos del tiempo son antiguos, a veces parece que volvemos atrás misma filosofía pero con un nombre distinto, pero debido a la crisis han ganado gran popularidad en los últimos años. En estos bancos no se ofrece dinero se ofrecen activos y habilidades; se trata de una comunidad donde se fomenta la reciprocidad y el intercambio de competencias y servicios, y no de salario económico.

El funcionamiento concreto es; una persona ofrece un servicio a otro ganando un crédito en horas, que puede usar después para obtener otra clase de servicios prestados por diferentes miembros del banco. Se computa el tiempo, todos los servicios se valoran de igual forma; por el tiempo de dedicación a ese servicio, y este es la moneda de cambio.

Estos años se han creado muchos bancos de tiempos, hasta llegar a 250, pero su tiempo de vida , en algunos de los casos, es corto. Es una alternativa en la que hay mucho por trabajar para seguir fomentando la igualdad a través del tiempo y del talento. Por un lado puede ser una "salida o supervivencia" a la crisis de muchos, y por otro lado puede servir para construir "nuevas" formas de trabajo o de intercambios profesionales, y así recuperar las relaciones de ayuda mutua y compartir recursos y competencias.

Bajo mi punto de vista debe de haber algo más al banco de tiempo, porque hoy en día hay muchas cosas que se pueden conseguir con intercambios, pero para otras muchas necesitamos la moneda. Pero sí que una fórmula complementaria para no partir de relaciones profesionales puramente económicas y en todos los ámbitos, sino permitirnos cooperar o compartir recursos  para crecer en grupo y que más personas se puedan beneficiar, porque no todo el mundo tiene dinero, pero si todo el mundo tiene algún talento, y si cada uno tendría la posibilidad de poner a disposición el suyo esta sociedad volvería a tener luz.

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