Noticia seleccionada de elcorreo.com
El "efecto Mercadona" desatado en Euskadi tras el anuncio de la firma de su próximo aterrizaje, que ha generado una enorme expectación, también ha tenido su reflejo en el ámbito laboral.
La empresa de distribución ha comenzado a recibir currículos procedentes de los tres territorios vascos en un goteo de solicitudes un tanto insólito, pues sus planes pasan por empezar a buscar trabajadores no antes de un año. Normalmente, los procesos de selección de personal se inician seis meses antes de las aperturas.
Con muchos jóvenes vascos cobrando sueldos próximos al salario mínimo interprofesional, hoy en 645 euros al mes, o sencillamente en la cola del paro, el mensaje del presidente de Mercadona suena como un irresistible canto de sirena.
Si alguien de la competencia ya se ha puesto a hacer números, hay que tener en cuenta que la compañía levantina toma siempre como referencia una jornada completa de ocho horas, algo que en otras cadenas no es siempre así. En Eroski, por ejemplo, la jornada más común es algo inferior.
Para quienes quieran probar suerte, la página web de la empresa de distribución dispone de un apartado en el que los interesados se pueden registrar como candidatos en cualquier momento. En Navarra, donde la firma ya aterrizó el año pasado, sí hay abiertos tres procesos de selección de personal concretos: dos para la localidad de Estella y uno para Aranguren.
Sea como fuere, es innegable que la expectación que ha creado la futura llegada de Mercadona a Euskadi (prevista para finales de 2014, con 25 supermercados en los próximos seis años y una inversión de 50 millones de euros) ha supuesto un revulsivo entre los consumidores y, por ende, entre sus competidores. Uvesco, por ejemplo, acaba de explicar que abrirá siete nuevos establecimientos este año, de los cuales seis estarán ubicados en Euskadi y el séptimo en Liencres (Cantabria). Cada establecimiento tendrá 1.000 metros cuadrados y la iniciativa creará 100 puestos de trabajo. Para ello, el grupo de alimentación vasco-cántabro invertirá 20 millones de euros. En buena lógica, a más actores en el mercado vasco, la cesta de la compra debería abaratarse. El propio Juan Roig ha declarado -aludiendo a la crisis económica y a la caída del consumo de las familias- que su cadena «tiene que bajar los precios, porque las cosas se van a complicar mucho».
Respeto institucional
Mercadona, como ya hiciera el año pasado al abordar su llegada a Navarra, ha querido plantear su operación en el País Vasco «con el máximo respeto y espíritu de colaboración» con el Gobierno de Iñigo Urkullu y el resto de las instituciones vascas.
No quiere desembarcar como elefante en cacharrería, y por eso se ha marcado una hoja de ruta que incluye entrevistas y presentaciones de su proyecto y su filosofía a distintos actores políticos y sociales de Euskadi. Un proceso ya en marcha, y que continuará en los próximos meses.
Mercadona tiene especial interés en demostrar que allí donde abre un supermercado se convierte en «uno más del barrio», con una especial atención para con las asociaciones de comerciantes, con las que acostumbra a colaborar. Este último aspecto ha sido incluso aplaudido por la consejería de Desarrollo Económico y Competitividad, dirigida por Arantza Tapia.
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