Desde que comenzaron estos tiempos de crisis y de parones, vemos cada día como personas de diferentes ámbitos crean sus propias ideas para sacar sus negocios y empresas adelante, desde menús a un x€ u ofertones increíbles que no hubiésemos imaginado jamás.
Pero, ¿qué ocurriría si es otro el que te roba tus propias ideas? Y lo que es peor que después si te han visto, no se acuerdan. Esto es lo que está ocurriendo (y se está expandiendo) por empresas de Estados Unidos.
Vamos a plantear cómo sería la situación en la que un/a candidato/a en desempleo o con ansia de cambiar de trabajo decide asistir a una entrevista acorde al puesto que le interesa, hasta aquí todo normal,
Lo "irreal" comienza cuando el/la entrevistador/a empieza a hacerle preguntas demasiado confidenciales como, por ejemplo, preguntarte por su cartera de clientes si eres un comercial en empresa de prestigio o por tus últimos diseños y creaciones si eres un publicista.
De manera ingenua podemos pensar que se trata sólo de curiosidad o de que quieren conocer cómo trabajamos, quizá muchos pensaríamos esto, pero…
¿y si es una artimaña para conseguir beneficios propios?. Estp pasa en alguna ocasión. En los últimos tiempos según el gurú Alan L. Sklover que nos indica qué NO hacer en una entrevista cuando empecemos a sospechar por el “interés” excesivo que muestra el/la entrevistador/a.
Ante todo, no sólo debemos preparar la entrevista sino que ahora hay que tener preparada una salida para las preguntas que puedan ser confidenciales, ser honestos/as con nosotros/as mismos/as y con la empresa en la que trabajamos.
En ese momento si es el caso, no podemos hablar demasiado alto porque al fin y al cabo en un principio no sabemos con quién estamos hablando y cuales son sus intenciones.
No quiero que penséis que todas las entrevistas van a ser así, ni muchísimo menos, pero ahora hay que estar más alerta que nunca ya que, aunque nuestra intención sea muy buena, la del otro/a puede no serlo tanto.
En el caso de que el/la entrevistador/a siga insistiendo sobre las funciones que tenías o tienes en tu trabajo, no des información detallada, implícate en las funciones lo más generales y objetivas que puedas, no entres en detalles acerca del estado económico, financiero o personal de tu empresa.
Parece sencillo y seguramente si a muchos nos preguntan después de saber esto, qué diríamos acerca de nuestra empresa, no revelaríamos ninguna información en detalle.
Al mismo tiempo no es difícil imaginar a empleados/as “quemados/as” con sus jefes/as o su trabajo que aprovechen la mínima ocasión para revelar información hasta ese momento confidencial y que el/la entrevistador/a puede aprovechar para los propios beneficios de su empresa. O personas que consideran deben responder y aportar la máxima información sea cual sea la pregunta que le/a planteen.
Sklover propone una salida a este tipo de preguntas muy habitual: “¿Le importa si contesto más tarde?” Es algo que hemos hecho todos alguna vez cuando no teníamos interés en contestar a algo o nos incomodaba responder en ese momento y decir una respuesta al aire sin tenerla preparada.
Sencillo y cordial.
Ser honesto con uno/a mismo/a es lo que nos lleva a que los/as demás nos recomienden y tengamos más oportunidades en todos los ámbitos
A mi me ha tocado vivir alguna de este tipo, y me las he visto y deseado, si que es verdad que ya sabía por donde iban, pero como te vas a negar a contestar alguna pregunta, aunque fuí moderada y prudente para dar poca información. La cuestión es que yo misma desestime el proceso porque ví ciertas cosas que no compaginaban conmigo.
ResponderEliminarSi que es verdad que esta la cuestión de dónde esta el límite, a que preguntas contestar y a cuáles no; Siempre siendo conscientes que a un proceso de selección vas a aportar información, pero como comentas se puede ser prudente y hay muchas formas de salir del paso "contestando".
ResponderEliminarGracias por tu aportación